jueves, 2 de junio de 2011

Fiesta en mi gimnasio

Era miércoles, sinónimo de Zombie. La fiesta empezó en la piscina, hasta que los vecinos empezaron a quejarse y a echarnos agua. Bastante normal, la verdad. ¿Que hacemos ahora? Me niego a beber en la calle. ¿Pues que mejor que ir al gimnasio y seguir con la fiesta? No pudimos hacer otra cosa mejor, y valió la pena, porque entre máquinas para hacer deporte, risas, copas y colillas mal apagadas, fue el inicio de otra noche que no olvidaremos en mucho, mucho tiempo...







Y mañana repetimos, pero ya veremos dónde montamos la fiesta.